La Guerra de una Madre Traicionada

Chapter 37



Capítulo 37

Al ver que ella estaba herida y sangrando, la primera reacción de André no fue de preocupación.

-¿Sabes en qué te equivocaste?

Incluso un desconocido, al verla en ese estado, se habría acercado para preguntarle si estaba

bien.

Pero su propio esposo seguía esperando que ella se rindiera y admitiera su culpa.

Sabrina no pudo evitar soltar una carcajada amarga que resonó en el aire como cristal quebrado.

-¿De qué te ríes? -André frunció el ceño, su voz destilaba impaciencia.

Sabrina se limpió la sangre de la frente. Las hojas de lechuga podridas y los restos del huevo adheridos a su ropa le daban un aspecto lamentable que contrastaba con la dignidad de su

mirada.

-Me río de que todos mis esfuerzos durante estos años han sido completamente

en vano.

Decidió no intentar arreglarse más. Miró a André dentro del lujoso coche, con una expresión impenetrable, y continuó:

-¿Es esta tu estrategia para hacer que me arrepienta? ¿Permitir que me destrocen en redes, que una turba me acorrale como a un animal, todo para vengar a tu querida Araceli?

André permaneció en silencio unos segundos, sus ojos evaluándola con frialdad calculada.

-¿Realmente crees que yo orquesté todo esto?

-¿Quién más podría ser? -Sabrina esbozó una sonrisa desprovista de humor-. Me mudé a una casa nueva. Incluso con una investigación exhaustiva, nadie habría descubierto mi dirección con tanta rapidez y precisión. ¿Quién más tiene ese poder sino tú? ¿No fue Fabián quien me advirtió que me arrepentiría?

Sus ojos se clavaron directamente en los de André, desafiantes a pesar de su vulnerabilidad física.

-Si tanto te preocupa el sufrimiento de Araceli, ¿por qué no solicitas el divorcio? Si te divorcias, ustedes dos podrían exhibir su relación abiertamente.

Un destello de ira atravesó el rostro habitualmente controlado de André.

-Sabrina, te he explicado innumerables veces que Araceli y yo no tenemos la relación que insistes en imaginar. ¿Podrías, por una vez, dejar de crear escándalos innecesarios?

-Si no te divorcias, entonces prepárate para que siga creando escándalos -replicó Sabrina con tono mordaz.

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Los ojos de André se tornaron gélidos, reflejando un desdén que ya ni siquiera intentaba disimular.

-¿Vas a persistir en esta obstinación absurda?

-Sí-respondió Sabrina sin titubear.

André, consumido por la furia, dejó escapar una risa sarcástica que cortó el aire como una navaja.

-Muy bien. Espero que nunca llegue el día en que necesites mi ayuda.

Tras pronunciar estas palabras, el vehículo de André aceleró bruscamente, dejando a Sabrina sola en la acera.

Transcurrieron veinticuatro horas más, y la controversia alrededor de Sabrina no mostró signos

de disminuir.

André no emitió declaración alguna para defenderla ni para detener la avalancha de noticias difamatorias, lo cual, aparentemente, constituía una actitud de consentimiento tácito, convirtiendo a Sabrina en una paria social ante los ojos del público.

Aunque André mantuvo su silencio, Araceli publicó un mensaje en redes.

[El incidente de mi hospitalización no tiene relación alguna con la señorita Ibáñez.

Lo del empujón fue un accidente y ya hemos llegado a un acuerdo. No tengo intención de responsabilizar a la señorita Ibáñez por lo sucedido.]

[En cuanto a los rumores sobre que la señorita Ibáñez me arrebató a mi novio, eso pertenece al pasado. Les ruego que no continúen mencionándolo.]

Este mensaje desencadenó un auténtico tsunami en las redes sociales.

El asunto de empujar a Araceli al agua supuestamente ya estaba resuelto, pero al afirmar que no buscaba responsabilizar a Sabrina, Araceli implícitamente confirmaba que Sabrina efectivamente la había empujado al agua.

Y al referirse a "cosas del pasado" sin aclarar los hechos, solo reforzaba la percepción de que Sabrina había sido la amante que se impuso en una relación establecida.

Sin embargo, tanto Araceli como André y Fabián conocían perfectamente la verdad.

Cuando Sabrina comenzó su relación con André, él y Araceli ya habían terminado.

Durante ese periodo, surgieron especulaciones sobre un supuesto romance entre Sabrina y Marcelo.

Marcelo, reconocido por su extraordinario atractivo y talento excepcional, era considerado un prodigio en el mundo musical.

Pero al verse vinculado con una mujer casada, la esposa de André, también se convirtió en

Capítulo 37

blanco de críticas despiadadas.

La situación, lejos de mejorar, se complicó aún más.

A la cascada de infortunios que atormentaban a Sabrina, se sumó la inesperada visita de la policía.

-Señorita Ibáñez, hemos recibido una denuncia que la implica en un presunto intento de homicidio. Le solicitamos que nos acompañe a la comisaría.

Sabrina fue conducida a una austera sala de interrogatorios para ser sometida a un extenso

cuestionamiento.noveldrama

Aunque en internet proliferaban toda clase de teorías conspirativas y exigencias de pena capital, las meras suposiciones no podían transformarse en evidencias concluyentes.

Similar a lo ocurrido cuando Araceli cayó al agua o casi fue atropellada; resultaba imposible demostrar que Sabrina había intentado asesinarla deliberadamente.

El interrogatorio se extendió implacablemente desde las primeras horas de la mañana hasta bien entrada la noche.

Finalmente, los interrogadores, incapaces de obtener información incriminatoria adicional, se vieron obligados a liberarla.

Al abandonar la sala de interrogatorios, un joven oficial se aproximó apresuradamente al interrogador principal y le susurró algo al oído con expresión inquieta.

El interrogador frunció levemente el ceño y preguntó en voz baja:

-¿Estás completamente seguro?


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